domingo, 16 de mayo de 2010

Café y Gravedad

Tengo el corazón flotando sobre mi taza de café, caliente, humeante, V-a-l-i-e-n-t-e.
Arde inflamable el corazón azul, arde bien y llévate contigo los gritos de la desesperanza, el idilio imperfecto perecedero del amor caduco, infestado de rencores, malestares, evidencias, corrupciones cárnicas de desechos fecundos, alegorías de infortunios, mentiras y vínculos interdependientes carentes de verdad, despojados de candidez afectiva. Ruinas de dudoso encuentro, ausencia de comprensión, latente por cuchillos afilados de puto rechazo y mentiras. Corazón e-m-b-u-s-t-e-r-o, inercia monótona, inevitable bifurcación del amor abortivo-suicida. El mal pecaminoso en nuestros vientres y sexos-bajos húmedos, la vida enferma, orgasmos calientes y sudados, sucios y desordenados. La ruptura umbilical, la jodida vida post-vaginal, manzanas podridas, gravedad newtoniana y gusanos hambrientos.

Fotografía de Man Ray.

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