miércoles, 5 de octubre de 2011

Amapolas, hematomas y otras formas de Rompimiento.

Explota el color en mi cuerpo, azul morado la palabra, como un silencio incausado que se cierne como una lluvia árida y seca e impacta como un estallido boreal, crujido de mandíbula en expansión de rugido famélico de felino exiliado, acabado... Mi mirada de cristal rota y profunda agonía perpetua melancolía, fue Saturno quien devoró el tiempo y la paciencia, quemó todo su odio descarnado y decapitado, como un movimiento contraído que se llena de diablo y tormento, agarrando mis brazos, exprimiendo mi miedo, sacudiendo mi cuerpo, la narcolepsia epiléptica de un zumbido ensordecedor en mi garganta de hoja otoñal, quebradiza y llena de vórtices de muerte multicolor que clamaban venganza y justicia en este puto y jodido mundo enfermizo. Aún tiemblan mis manos llenas de asfixia y mil demonios con escamas, tridentes y alados cantaban enfermizos 'Deus ex machina, deus ex machina...' hasta la saciedad de sus artificios y sonrisas burlescas.La muerte me miraba de frente y sembraba el infierno en mi vientre, en mi ombligo ingénito y mientras se vestían de negro las pupilas llorosas, ambos lagrimales,envasados al vacío donde se suspendían en el aire las cometas errantes sin niños, sin cielo, sin nada de nadie...Explota mi ombligo como tiburón en charca salada y los gritos enmudecen la rabia, una linea de color amapola silvestre que divide el centro del universo, disparando contra un circulo amarillo que flota en el cielo verde clorofila, esperando la fotosíntesis genital de mi latido,parpadeo en blanco níveo, rojo nuclear el deseo de mi corazón que se expande por toda la tierra húmeda, abrazando el pálpito de lamento oscuro...

lunes, 25 de julio de 2011

Aleta dorsal y los lobos de mar.

Si no me dejáis ser un hombre, seré como un animal indómito, un monstruo salvaje de sal y arena, perdido en la mar , en una isla desierta. Su eco es de coral golpeando el viento, afilando sus garras de acero y plata, un lobo inoxidable y eterno, galopando, ululando entre abismos de figuras doradas.
Rayos de sol en mi mente convaleciente, valiente. Caballitos de mar buceando, gritando al unisono que jamás volveré...
Jamás.

sábado, 9 de julio de 2011

Tirantes azules.


No lloro, porque la saliva me contiene.
Ni las ganas ni los deseos ni las ilusiones.
No tengo.
Soy un hombre completo, un animal muerto.
No entiendo de amor, no entiendo de emoción.
No entiendo.
Soy un solo intento, una dirección, un movimiento inerte, calmado, muerto.
Soy una luna difusa que se mece en el cielo, contraída de tanto dolor, estrellado sin deseos.
Soy una explosión, una inflamación de Melancolía.
Y no lloro, porque tu mirada me contiene.
Y no lloro, porque me muero.
Muero por dentro.
(Silencio.)

martes, 8 de marzo de 2011

El tragaluz de la pupila del león de mimbre

Las caricias y los deseos ya no respiran en mi jardín de terciopelo azul, no encuentro la forma ni la materia, clave de infusión de nuestra articulación, somos disyuntivas-operativas que juegan a las caricias tardías que sobrevuelan la piel que arranco a tiras y rayas rojas. Blancas las alforjas, arrancándome mi sexo y mi voz, cicatrices, vértices que desgarran disforia de odios, mentiras y tristezas que surcan por mi vientre desfilando, saltando, brotando como cientos de soldaditos de plomo, pesados los huesos que caen  a los rugidos de leones hambrientos enjaulados de deseos y tristezas trigonométricas que enseñan sus garras afilando sus dientes de mimbre...Latidos que golpean el pecho de Sol que calienta la tierra y brota de mi boca el frío polar que muerde la pena y condena que arranca mis orejas y cejas, mi pelo de la curvatura de tu silencio, el ángulo de mi muerte, llama a la puerta e invaden los servicios militares en mi cabeza,  proyectiles apuntando hacia causas perdidas en un rincón olvidado causado de destellos y piernas difusas en el tragaluz de mi pupila, al fondo a la izquierda, se dilata el abismo circular que expande el movimiento sincronizado de mi perdida valorativa, cuantitativa, cualitativa de mi latido clásico de compositor tempestuoso 'in crescendo' alemán, en estas cuatros notas que se perderán en estos dos colores de tristes sabores dulces y amargos...


Ilustración de William T. Wiley, Alchemical Lyon, 2007.


viernes, 21 de enero de 2011

Marinero de arena y las Sirenas impermeables

Y la chica de espalda infinita, buscaba en el horizonte la linea verde, preguntándose si las gotas formaban parte de un todo o si el todo formaba el resto de una ficción bella de oleaje tranquilo, desértico y salado. El azul, reflejo de sus ojos, mar, se encontró ahogándose en sus pensamientos de arena y sol, resbaladizos, entre sus dedos infinitos de anhelos de gigante, extremidades inconclusas dirigiéndose a la orilla,con tierna timidez, sepultando sus pequeños pies alados, dorados, de uno en uno, sumándose poco a poco a la marea solar... mientras, su cabellera morena, silvestre, profunda selva negra, se enroscaba en su cuerpo de cerámica alemana, se fundieron con el rayo Apolíneo de lo bello, dibujando sombras de la tímida y tierna linea pineal de sirena, columna vertebral de sentimiento desplazado, deseos y secretos , diminutos ciempiés dirigidos a la nada del silencio de la niña callada...


Ilustración de Boris Indrikov.