lunes, 25 de julio de 2011

Aleta dorsal y los lobos de mar.

Si no me dejáis ser un hombre, seré como un animal indómito, un monstruo salvaje de sal y arena, perdido en la mar , en una isla desierta. Su eco es de coral golpeando el viento, afilando sus garras de acero y plata, un lobo inoxidable y eterno, galopando, ululando entre abismos de figuras doradas.
Rayos de sol en mi mente convaleciente, valiente. Caballitos de mar buceando, gritando al unisono que jamás volveré...
Jamás.

1 comentarios:

Javier dijo...

Muy bueno.

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