jueves, 7 de octubre de 2010

La Tristeza del bajo Vientre

Como tortugas sin caparazón que no tienen hogar al que huir, partir o marchar. Como caracoles trepando por las paredes , corriendo por su vida , aplastados. mutilados, aniquilados, pegajosos crujidos de niños famélicos, hambrientos de venganza y sueños rotos. Como zapatillas que suspiran por no poder despegarse de los suelos rotos, mugrientos, polvorientos , pegajosos...mientras las bombillas bailan en techos vacilantes , mancos, blancos con tono ocre mediocridad y calamidad. Platos rotos, muebles rotos, retazos de un presente discontinuo , intercalado con episodios , palabras , odios de "Yo prometo mentiras" y "Promesas que no valen nada". Me insuflo, inyecto, esnifo cada día, pulsiones , empujones de vida , para no morir sin vivir , para no temer sin perecer.
No soy capaz de deshacer las maletas de ropa, arrugada de miedos y nervios , de tragedias de prisma cóncavo y convexo, sin luces de color. Y ahora mi lamento se ciñe en las reminiscencias de somieres con patas rotas, de olores raros de sábanas sucias y malolientes, de encontrarme en las mañanas en habitaciones extrañas, espejos manchados de pasta de dientes, impotencia y eyaculación precoz en lavabos inundados de puertos cerrados, pescados muertos y barcos oxidados. No quiero ventanas ni puertas, no quiero salidas de emergencia ni de socorro, no quiero extintores ni ficciones , ni temores ni dolores... No quiero llantos , ni sollozos , ni gritos , ni miedos. No quiero espíritus vegetales,vacíos, huecos por dentro, hinchados de mediocridad y de muerte Pre-matura.

No quiero, no.



Fotografía de Robert & Shana Parkeharrison.



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